Egidio Arévalo Ríos llegó a Montevideo y su representante, Pablo Bentancur, pretendía que se embarcara dos horas después para Italia, para realizar la revisación médica en el Palermo, equipo al que seguramente defenderá de aquí en más. Pero el que se quema con leche cuando ve la vaca llora y el volante ya pasó por una situación similar cuando viajó para arreglar su pase a México y quedó afuera de las Eliminatorias pasadas. Reapareció luego en un amistoso frente a Suiza que los celestes jugaron antes del Mundial de Sudáfrica.

Tras su primer día de trabajo, Arévalo dijo que cuando el maestro le habló antes del partido con Venezuela para decirle que podía ser uno de los mayores para los Juegos, se sorprendió. "No me lo imaginaba. Tenía la esperanza, pero había muchos nombres. Uno pensaba más que nada en delanteros, algún defensa o mismo el arquero, de repente no precisaban un volante, pero seguí trabajando de la misma forma y hoy soy uno de los elegidos para los Juegos, que es algo diferente y muy importante. Pero tengo bien claro que no puedo dar ventajas", afirmó Egidio, quien cuando Tabárez se lo dijo y le pidió reserva sólo se lo contó a su esposa y a sus padres.
¿Titular?:
"Fijo no está nadie, hay que entregarse en cada práctica; no hay nada asegurado".
Juegos:
"Son algo muy especial y todos tenemos la responsabilidad de traer una medalla".
Ovación
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