El árbitro Marriner le impidió a Luis Suárez ser el héroe de la ciudad. El uruguayo hizo los goles de Liverpool en el empate a 2 en la visita al Everton, en el clásico citadino, pero en tiempo de descuento convirtió un tercero absolutamente lícito, el cual se lo anularon por una posición adelantada inexistente. En realidad a Luis le robaron dos goles, el ya mencionado y el primero, porque a los 14 minutos entró por la derecha -el sector opuesto por el que se produjo el ataque-, paró la pelota y sacó un derechazo fuerte que Baines intentó sacar y no pudo. Oficialmente fue decretado gol en contra, cuando fue claro que la pelota iba recto al arco y que el defensa de Everton se esforzó por sacar, sin éxito.
El segundo, a los 20`, lo hizo de cabeza, en un gran anticipo ofensivo a la salida de un balón parado. Liverpool iba 2-0, pero a los 22` y 35` Everton igualó. Sobre el final vino un centro, al área, Sebastián Coates (jugó todo el segundo tiempo) la bajó de cabeza y Suárez anotó, pero el línea marcó un offside que ninguna imagen televisiva admite.
Ovación
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