sábado, 4 de agosto de 2012

Con nostalgia y mucho dolor


Los celestes se despidieron de la tierra olímpica con bronca y el sueño frustrado por no llegar al podio; tras la eliminación y entre lágrimas de varios jugadores, Tabárez le llegó a los jugadores con un mensaje que los motivó

Poco después de la hora 14 local de ayer el ómnibus que trasladó a la delegación de Uruguay desde Cardiff a Londres ingresó al aeropuerto de Heathrow para recorrer los últimos metros en tierras olímpicas. 

El frustrado sueño olímpico había llegado a su fin; por esa razón, con nostalgia y dolor, los jugadores debían retornar a Montevideo. El deseo de alcanzar el último partido del campeonato, la ilusión de subir a un podio, la esperanza de jugar buen fútbol, todo se fue apagando a medida que avanzó la participación de los celestes en el grupo A y el recorrido por Londres 2012 pasó a ser parte de la historia. De una historia que se llevaron con dolor y orgullo.

“Fue muy difícil ingresar al vestuario después de la derrota ante Gran Bretaña, porque habíamos llegado a Londres con la ilusión de estar en las instancias finales. Sabíamos que ese era el último momento para nosotros en los Juegos Olímpicos, y no era el que habíamos imaginado. Pero estábamos muy tranquilos y nos pudimos mirar a los ojos porque en la cancha dejamos todo lo que teníamos. Probablemente no jugamos en la forma en que se necesitaba para ganar, pero dejamos todo”, explicó Matías Aguirregaray a El Observador, ya recuperado del golpe que significó la prematura eliminación de los Juegos Olímpicos y unos instantes antes de abordar el vuelo de Iberia con destino a Madrid, primera escala de los celestes.

Cuando el miércoles de noche el plantel retornó al vestuario del estadio Millenium de Cardiff, después de la derrota y la eliminación, el silencio se apoderó del lugar. Inmediatamente los mayores lanzaron los primeros gritos de reconocimiento al esfuerzo. “No hubo ningún reproche porque dejamos todo, y nos pudimos mirar a los ojos”, agregó Aguirregaray. 

Con lágrimas en los ojos de algunos futbolistas, principalmente el capitán Luis Suárez; con la bronca a flor de labios, Tabárez se paró frente al grupo, como tantas veces en los últimos 45 días y les hizo caricias. 

“Nos dijo que estaba conforme con el trabajo que hicimos, destacó nuestro esfuerzo y lo que metimos. Ese fue el momento más emocionante”, confesó el exfutbolista de Peñarol a El Observador.

De allí al hotel, a descansar, aunque a la mayoría le costó conciliar el sueño y ayer de mañana en ómnibus los futbolistas fueron trasladados de Cardiff a Londres. A la hora 19.35 local embarcaron en dos grupos hacia Montevideo, a la que arribarán el jueves a las 9.35 y 10.15, debido a que unos llegan directo a Carrasco y otros con previa escala en Buenos Aires.

Tras la vuelta a Montevideo los jugadores retornarán a sus equipos. Los únicos que no regresaron fueron Luis Suárez y Sebastián Coates, que se quedaron en Liverpool, Gastón Ramírez y Edinson Cavani, que viajaron a Italia, y Nicolás Lodeiro,   que se trasladó a Holanda.

El técnico Tabárez y sus colaboradores estarán en 10 días de regreso a Europa, porque el miércoles 15 la selección mayor jugará ante Francia un partido amistosos en Le Havre.

“Esto afecta; hay que sacárselo ya”

Lo miran con respeto, lo escuchan. Tiene voz de mando. Egidio Arévalo Ríos, uno de los líderes de la selección olímpica que se despidió en primera ronda del torneo de fútbol de Londres 2012, dijo que quiere aprender de la experiencia que vivieron pero entiende que es necesario que los jugadores de la mayor se quiten de encima los Juegos para mirar adelante los grandes objetivos que tiene la selección.
El paso de las horas permiten mirar todo desde otra dimensión.
Pero con el dolor que provoca no poder alcanzar los sueños que nos planteamos. Siempre sucede eso: el efecto inmediato a una situación como la que vivimos ayer (el miércoles) parece demoledor, devastador; sin embargo, cuando llegamos al hotel, ya mucho más tranquilos, nos juntamos los tres mayores (él, Suárez y Cavani) y estuvimos hablando entre los compañeros acerca de lo que había sido el campeonato, lo que nos dejó. 
¿Qué les dejó?
Que no empezamos bien, y las fallas quedaron en evidencia desde el primer partido. Sin embargo, conseguimos los tres puntos contra Emiratos. En los otros dos partidos sabíamos que si queríamos clasificar no podíamos cometer errores, pero, ¿qué sucedió?, descuidamos los primeros 15 minutos en el partido ante Senegal y nos convirtieron el gol que cambió el juego. Fue por esa razón que en el arranque ante Gran Bretaña intentamos estar más tranquilos, y les transmitimos eso a los más jóvenes, pero no fue suficiente. La eliminación nos golpeó duro porque queríamos pasar la serie.
Usted llegó a Londres con la expectativa de ganar una medalla, ¿eso lo esperaba a pesar de la escasa preparación que tuvo el equipo?
Sin dudas. Llegué aquí con el deseo de volver con la medalla de oro, a pesar de que nos habíamos preparado solo un mes y con dos partidos amistosos. Estábamos acostumbrados a que fuera así, porque nos sucedió que previo al Mundial y a la Copa América tuvimos el mismo tiempo de preparación. En esos casos la diferencia con este grupo fue que atrás de la selección mayor había un proceso de trabajo mucho más largo. Sin embargo, aquí, en la selección olímpica éramos todos nuevos y en algunos casos a varios de los jugadores con los que pasamos a compartir equipo los conocía de enfrentarlos en el Uruguayo. Son cosas que pasan en el fútbol y sirven para aprender.
¿Le pesó al equipo jugar con Suárez abucheado permanentemente?
No. Escuchamos los gritos, pero no nos afectaron.
Pero el estadio debería parecer más en contra que nunca.
A veces es bueno que eso suceda porque cuando les ganas los hacés callar, aunque este no fue el caso.
¿Fue difícil entrar al vestuario tras la derrota con Gran Bretaña?
Fue muy largo el camino de la cancha al vestuario, creo que uno de los trayectos más largos que recorrí. Y cuando vi a los muchachos cabeza gacha lo único que quedaba era saludar uno a uno, y pedirles que se quedaran tranquilos y que levantaran la cabeza, porque tenemos mucho por delante. Los mayores les dijimos al resto del grupo que hicimos todo lo que se pudo, pero no alcanzó, y que el resto de los compañeros de la selección mayor mandaron tranquilidad. Con ese mensaje se sintieron mejor todos. 
¿La actuación que tuvo Uruguay en Londres 2012 puede repercutir en la mayor?
Si te quedás con esto en la cabeza te va a afectar un poco, pero hay que sacárselo ya y poner por delante todo lo que viene. Hay que cambiar el tema y pensar en el amistoso con Francia, en el partido con Colombia y en seguir prendido en la tabla de las Eliminatorias.
Del 1 al 10 en el Mundial jugó 10 puntos, en la Copa América…
Me sentí muy bien, no me gusta ponerme puntaje.
¿Y en los Juegos?
Me sentí bien, cómodo, tratando de apoyar a los compañeros.

Fuente: El Observador.

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