El capitán celeste viajó ayer hacia Francia para comenzar la pretemporada de cara a una nueva temporada en el Paris Saint Germain, el club en el que decidió quedarse. Un día antes fue a visitar a los jugadores de la selección olímpica y reconoció que hubiera querido ser uno de ellos. "No se dio, el maestro habrá tenido sus razones y yo siempre respeto sus decisiones", dijo. "Como jugador ya grande, de experiencia, lo que me queda es apoyar y seguir sumando donde se pueda".
SILVIA PÉREZ
- ¿Extraña en París este asedio de la gente?, porque allá no es ídolo como aquí, o en San Pablo y en Turquía.
-Si, se extraña, pero también se disfruta. Esto de la gente es muy lindo, sobre todo en Uruguay porque es por la selección. En Francia es todo lo contrario porque el francés es diferente y porque yo no soy ídolo. Por un lado se extraña, pero por otro se disfruta muchísimo. Ir al aeropuerto y no tener que estar parando cada un minuto o ir con los chicos a un parque, a un shopping o a un espectáculo, es muy disfrutable. Dentro de lo malo, lo bueno.
-¿Por qué se quiso quedar en Paris Saint Germain, pudiendo haberse ido para otro equipo donde jugara más?
-No soy de andar saltando de equipo en equipo: estuve tres años en Nacional, con uno a préstamo en Plaza Colonia, cuatro en Sao Paulo y cinco en Fenerbahce. Y tengo un desafío muy lindo por delante con un proyecto muy ambicioso y mucho dinero detrás: convertir al PSG en un grande de Europa. Es lindo estar en ese proyecto. El club quiere ser campeón y a mí me gustaría sumar otro título porque fui campeón en todos los equipos donde jugué. Además, estoy en una etapa de mi vida donde ya no puedo calentarme por estar dos o tres partidos de suplente.
-¿Aunque signifique hipotecar el jugar que es tan importante para la selección?
-¿Quién dijo que es hipotecar el jugar? De repente no jugaré 60 partidos como en el Fenerbahce o en San Pablo, pero eso hoy por hoy de repente ya no es tan bueno para mí. Tanto desgaste puede no ser bueno para un jugador de 31 años. En Fenerbahce hubo momentos en que ya lo sufría. Con dolores, lesionado. Llegar de Uruguay y tener que jugar al otro día. Creo, por otra parte, que esto me hace mantenerme vigente. Es mejor que jugar, de repente, por inercia, porque ya sos ídolo. Es necesario tener nuevos desafíos que te hagan quedarte una hora más a practicar. Que te hagan comer lo correcto y dormir a la hora cierta. Sin eso el jugador va decreciendo. Lo tomo por ese lado y no me preocupa jugar 20, 30 o 60 partidos, sino estar compitiendo y con ambiciones grandes.
-Ya que hablábamos de San Pablo, supongo que no le gustó nada que Corinthians ganara la Copa Libertadores, ¿verdad?
-No, la verdad que no. Corinthinas es el rival directo de San Pablo, tiene una masa de hinchas imponente, pero nunca había ganado un título internacional y las bromas siempre venían por ese lado. Que era un equipo de entre casa. Ahora se acabó la broma. Igual para tener tres copas de América y tres del mundo van a tener que remar mucho. Je. Pero ya no es lo mismo que antes.
-El sábado fue a visitar a la selección olímpica, pero llegó en un momento complicado, justo cuando el maestro estaba dando la lista.
- ¡No ligué nada! Pensé que iba a dar la lista el lunes y cuando llegué me enteré que era ese día. Me invitaron a quedarme, comimos y pasé ese momento ahí. Son momentos duros para algunos, pero muy normales dentro del ambiente del fútbol. Fui a desearle suerte a toda esa muchachada que tiene una parada histórica. Es una oportunidad lindísima de hacer historia para todos ellos. Yo les decía que varios de los cuadros que están ahí en el Complejo son de los jugadores olímpicos: pasaron más de ochenta años y siguen ahí vigentes. Por eso tienen que aprovechar esa oportunidad en cuanto a esfuerzo y a dedicación. Luego los resultados se verán.
-Le hubiera gustado ser uno de ellos, ¿verdad?
-Sin duda. Eso está clarísimo y no tengo porqué negarlo. Era una meta importante para este año, un anhelo que tenía. No se dio, el maestro habrá tenido sus razones y uno respeta siempre sus decisiones. A uno, como jugador ya grande, de experiencia, lo que le queda ahora es apoyar y seguir sumando donde se pueda.
- Dijo el otro día en el programa "Retrato hablado" que soñaba con levantar la copa del mundo en Brasil, ¿pero lo sueña de verdad cuando duerme o es un deseo?
-Lo deseo mucho y creo que una cosa lleva a la otra. Uno lo quiere tanto que el subconsciente empieza a trabajar y aparece en mis sueños. Lo sueño de verdad. ¿Qué uruguayo no se ve en Brasil levantando la copa del mundo?
-Pero su sueño puede llegar a hacerse realidad, el del resto de los uruguayos no.
-Si la levanto yo la levantamos todos. Pero evidentemente, que antes de eso queda una Eliminatoria larguísima y durísima por delante. Dos años en el fútbol es una eternidad, pueden pasar muchas cosas. Pero como digo siempre, si no te trazás grandes metas no llegás. La única manera de llegar es ir trazando el camino. Si no lo soñaste no lo lográs. Hay que empezar con desearlo a muerte. Hay que seguir soñando cosas grandes para que todo conspire a favor nuestro.
-¿Cuáles vacaciones disfrutó más, ¿las del calor o las del frío?
-Las del calor fueron más tranquilas. Fuimos con la familia a un lugar un poquito más alejado, Bahamas. Luego seguimos el programa de partidos a beneficio y fuimos saltando de Cancún a Miami. En Uruguay las vacaciones son diferentes: una mezcla de reencontrarse con la familia y los amigos y hacer en una semana o diez días todo lo que no se puede hacer en un año. Hay mucho de trabajo.
RETIRO. "Lo ideal sería hacerlo en Sao Paulo, pero no sé; porque me fui siendo ídolo y a veces es mejor dejarlo así. Capaz que juego en Plaza Colonia en la B".
COMPLEJO. "Estuve el sábado para saludar a los muchachos y no ligué nada. Justo estaban dando la lista. Son momentos muy duros, pero normales en el fútbol".
FAMILIA. "No estoy solo. Cuando tomo decisiones tengo que pensar en mis hijos. Hace 9 meses que están en París y les costó adaptarse. No podía cambiar".
PARIS: "Allá no soy ídolo; por un lado se extraña, pero por otro se disfruta".
LOS JUEGOS: "Era una meta importante, un anhelo grande que tenía; no se dio".
MUNDIAL 2014: "Si no lo soñaste, no lo lográs; hay que desearlo a muerte".
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