Chelsea consiguió su séptima FA Cup e igualó justamente a Liverpool, a quien ayer derrotó por 2 a 1 en el mítico Wembley.
Como dice el himno de los hinchas de Liverpool el equipo nunca camina solo. Y tampoco lo hizo ayer. Gran parte de la "Catedral" vestía de rojo, a pesar de que Chelsea es locatario en Londres. Pero la ciudad de los Beatles está a sólo tres horas de tren de la capital inglesa y además, como suele decirse en Inglaterra, hay hinchas de Liverpool por todos lados.
El equipo rojo tampoco caminó solo en Montevideo. No fueron pocos los bares y restaurantes que colmaron ayer a mediodía sus instalaciones gracias a los televisores que emitían la final que jugaba el equipo de Luis Suárez.
Sin embargo, en la víspera el aliento no alcanzó. Tras el inicio de fiesta con una escenografía impresionante, acorde a un torneo que tiene 140 años de vida, Chelsea se puso en ventaja rápidamente, cuando iban sólo 11 minutos de juego. El brasileño Ramires aprovechó un gran pase de Juan Mata, superó en velocidad a los defensas rivales, y sacó un tiro cruzado que pegó en el arquero Reina y entró. Chelsea se ponía en ventaja y sus banderas cuadriculadas de azul y blanco comenzaban a agitarse.
Por otra parte, las veces en que Liverpool intentó acercarse al arco defendido por Cech, se encontró siempre con la férrea defensa del equipo de Londres.En el primer tiempo el equipo londinense fue superior. Liverpool pudo tener la pelota durante algunos lapsos, pero casi no creó peligro. El juego se llevó a cabo en la mitad de la cancha, un sector del campo muy poblado por el técnico Daglish, y Luis Suárez, aislado sin que le llegara la pelota, no pudo desnivelar.
Para peor, apenas comenzó el segundo tiempo, Drogba le agradeció a Di Matteo su confianza (desde que el italiano asumió como técnico le dio la titularidad dejando afuera del equipo al "Niño" Torres), y marcó el segundo para Chelsea. En hombre de Costa de Marfil, enganchó y sacó un zurdazo tras un excelente pase de Lampard.
Las cosas se complicaban cada vez más para el equipo del uruguayo. Pero Daglish mandó a la cancha a Andy Carroll y cambió el partido.
Y fue justamente, el sustituto de Spearing quien marcó el descuento y le puso emoción a la final. Aprovechó una de las pocas fallas de la defensa de Chelesa para definir muy bien ante la salida de Cech y poner el 2-1 en el partido.
Tras el descuento Liverpool creció, mientras que Chelsea no volvió a pasar la mitad de la cancha y se dedicó sólo a defenderse. Gerrard y Suárez se perdieron el empate, pero la más clara fue la jugada que desató la polémica. Faltaban sólo diez minutos para el final, cuando el arquero Cech atajó una pelota que cabeceó Carroll y quedó la sensación que lo había hecho dentro del arco. Luego el balón dio en el travesaño y picó, ya afuera de la línea.
Carroll salió festejando y Luis Suárez se fue a protestarle al línea. Tras varias repeticiones dio la sensación de que la pelota no entró totalmente.
Liverpool siguió asediando el arco del equipo londinense que mantuvo el resultado gracias a su solidez defensiva, la misma con la que dejó afuera de la Champions League ni más ni menos que a Barcelona.
Chelsea se quedó una vez más con el trofeo más viejo del mundo y llega con la moral bien en alto a jugar la final de la Champions, que tendrá lugar dentro de 15 días frente al Bayern Munich.
Liverpool no logró su meta
El partido de ayer era clave para el equipo del norte de Inglaterra que ha tenido una temporada decepcionante. Si hubiera ganado la FA Cup clasificaba directamente a la Europa League. Ahora, lo único que tiene es el derecho a jugar la fase previa a la mencionada copa europea, derecho que obtuvo por ganar la Copa de la Liga. En la Premier, mientras tanto, no tiene chance de ingresar a la Champions League. Está a 12 puntos de Chelsea y quedan sólo seis por disputar.
OPINIÓN*
Estuvo muy cómodo en la cancha
GUSTAVO POYET
Conociendo como está jugando ahora Chelsea, el partido se le presentó ideal. A Chelsea le gusta estar armado, compacto. Adelantarse en el marcador en un primer tiempo muy malo, le facilitó todo para hacer lo que le gusta y lo que le está dando resultado. A partir de ahí, la única duda era ver si Liverpool cambiaba para el segundo tiempo. Era una de las claves. El técnico esperó unos diez minutos, ojo capaz que yo también lo hubiera hecho, y ese lapso le dio la posibilidad a Chelsea de hacer el segundo gol y el partido se puso muy cuesta arriba para Liverpool. Entró Carroll y empezaron a tirarla al área para que él creara confusión y peligro. Y lo hizo. Descontó y luego esa otra pelota que parece que entra pero que no es gol. Yo estuve en el estadio, comentando para ESPN, y teníamos siete u ocho cámaras y en ninguna se puede ver que la pelota está totalmente adentro. Le dimos crédito al línea porque no lo pudo ver y si no lo vio no puede dar el gol. En el momento, debo ser justo, me pareció que era gol, pero luego llegamos a la conclusión todos los que estábamos ahí y había gente de Liverpool, que fue la decisión correcta. Creo que, en general, la victoria de Chelsea fue justa porque Liverpool tuvo unos 60 minutos muy malos y es difícil ganar una final así. Chelsea, en cambio, estuvo muy cómodo en la cancha. Lo del final fue un acto de coraje de Liverpool, de simplicidad por tener a Carroll. Estoy muy contento, por Chelsea y por Roby (Di Matteo) uno de mi época y de mi grupo. Quería que uno de nosotros tuviera la oportunidad de estar al frente del equipo. Lo disfruto doblemente. * Ex jugador de Chelsea y entrenador del Brighton.
Fuente: Ovación.
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