No cierra la cuenta

Diego Forlán vive su peor temporada deportiva. Desde que llegó a Internazionale de Milan, jugó en la mitad de los partidos en esta temporada, 18. De 3240 minutos completó sólo 983, en los que hizo nada más que dos goles, y su salida parece cercana. A pesar de eso, Andrea Stramaccioni valora su esfuerzo en los entrenamientos.

inter.it

Diego Forlán vive su peor momento futbolístico. El uruguayo, una de las máximas glorias con las que cuenta la selección actual, uno de los jugadores que "hace la diferencia" en el plantel, a entender de Óscar Washington Tabárez, y uno de los que meses atrás parecía tener un lugar súper asegurado entre los tres mayores que irán a Londres para los Juegos Olímpicos, no juega en Internazionale de Milan.
Uno de los equipos más poderosos de Europa y ni que hablar de Italia atraviesa una crisis profunda. Después del fracaso de Claudio Ranieri como técnico, asumió el joven Andrea Stramaccioni, pero la inversión económica hecha en el plantel no da resultados. Tan mal está el equipo que tiene remotas chances de clasificar a la Champions League, y deberá conformarse con la Europa, a la que incluso puede no meterse.
Cierto es que, a pesar de la amplia carrera de Forlán y del sensacional Mundial que realizó en Sudáfrica en 2010 y que lo coronó como el mejor jugador, no fue tan alta la cifra que se le pagó a Atlético de Madrid por el charrúa. Cinco millones desembolsó el nerazzurro, que cerró sus deudas con la institución española.
El uruguayo ya venía mal en el Colchonero. Su ríspida relación con Quique Sánchez Flores lo fue alejando del equipo titular, del que nunca terminó de salir. No al menos como en Inter, donde ha dejado de ser convocado.
Este jueves, una entrevista con Stramaccioni fue publicada por La Gazzetta dello Sport, y explicó que "con Forlán hablé y no me dijo que estuviera loco", dijo, diferenciando la situación que tuvo con el delantero Giampaolo Pazzini, a quien "le expliqué que no lo veo en dupla con Milito. A él no le gustó. Pero cuando nuestros caminos se separen, podrá decir que soy demasiado poco como técnico, pero honesto como persona".
Volviendo al uruguayo, el entrenador confesó que "si yo fuera un periodista, pensaría lo mismo que ustedes", en cuanto al mal rendimiento del uruguayo, "pero lo veo trabajar, nunca se rinde y es muy querido". Igualmente, esto no está alcanzando.
Hablan los números
Forlán llegó a Inter en agosto de 2011 como el fichaje estrella del mercado italiano y del club, tras la salida del camerunés Samuel Eto'o. Dos veces Pichichi (máximo goleador) en España, dos veces Bota de Oro en Europa, Balón de Oro en Sudáfrica 2010 y goleador histórico de la selección uruguaya, no podía fallar.
El uruguayo debutó el 11 de setiembre ante Palermo, partido que este equipo ganó 4-3, jugando los 90 minutos y haciendo un gol. El debut era soñado, pero lo que vino después no: un desgarro muscular que lo alejó varios partidos de la cancha y del que se resintió luego, y una nueva lesión sufrida en enero que también lo tuvo parado.
Los números son realmente malos. De 3240 minutos que jugó Inter en 36 fechas en lo que va de la Serie A, a la que aún le faltan dos por jugar, Forlán jugó solamente 983 minutos, y marcó apenas dos tantos. El uruguayo jugó en la mitad de los partidos del club, algunas veces como titular y otras varias como suplente, y en los otros 18 no estuvo presente: tres veces quedó en el banco, y las otras 15 faltó en la convocatoria, sea por problemas físicos o por decisiones técnicas por su bajo rendimiento.
Se va, se va, se fue
El presidente del club, Massimo Moratti, declaró tiempo atrás que Forlán es, para él, "la decepción de la temporada". En el club no da resultados, y todo indica que su salida puede darse en junio, a pesar de los deseos contrarios del uruguayo, que en días cumplirá 33 años, y quiere quedarse para demostrarle a los jugadores lo que vale, consciente de lo poco que ha dado.
El fútbol brasileño parecería ser un mercado interesante para el delantero, ya sondeado por Corinthians, aunque París Saint Germain o poderosos clubes de Emiratos Árabes, Rusia o Qatar también podrían ir tras sus servicios.

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