Álvaro González se realizó una ecografía esta mañana en la clínica de Lazio, por un dolor en la pantorrilla izquierda persistente tras los más de 20 minutos que disputó con la selección ante Rumania. El uruguayo, que no se quiere perder el clásico ante Roma el domingo, no le dio importancia.
Como es sabido, los partidos amistosos de las selecciones no son siempre del agrado de los clubes cuando se está en plena temporada, porque sus futbolistas se arriesgan. De hecho, muchas veces las instituciones deciden no ceder a sus jugadores para cotejos extraoficiales. Y Álvaro González le pegó un susto al cuerpo técnico de la Lazio.
El Tata, que entró a sustituir a Walter Gargano (titular a último momento por la lesión de Diego Pérez), jugó poco más de 20 minutos y terminó dolorido tras el empate 1-1 entre Uruguay y Rumania, disputado el miércoles en Bucarest.
Esta mañana, el uruguayo se presentó en la clínica del club romano para realizarse una ecografía en la parte baja de la pierna, donde había sentido dolor en las últimas horas.
González aseguró que se encuentra bien y dijo a La Gazzetta dello Sport que se trata de "sólo un pequeño fastidio en la pantorrilla izquierda. Hoy me entreno y pasará".
Ante la preocupación de que uno de los titulares indiscutidos en el mediocampo pudiera perderse el clásico de la capital ante Roma, que se disputará al mediodía del domingo, el volante afirmó que "seguro no hay riesgo con el derbi".
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