Me duele la cabeza

Edinson Cavani es la gran estrella de Napoli, y la gran preocupación de Chelsea, que llega en crisis a disputar el partido de ida de los octavos de final de la Champions League al San Paolo. La prensa inglesa destaca la figura del delantero uruguayo, su vínculo con Dios y las complicaciones que puede causarle a la débil defensa azul.

 

Chelsea espera el enfrentamiento que disputará mañana martes con Napoli, en Italia por la ida de los octavos de la Champions League, con preocupación. Una mala racha en la Premier League (en las últimas cuatro fechas, empató tres cotejos y perdió uno) y el empate a un tanto conseguido en su casa ante Birmingham por la FA Cup, lo que lo obliga a disputar otro encuentro para definir su clasificación a la siguiente etapa de la copa de la Football Association, confirman un presente irregular que se agranda considerando las declaraciones del técnico portugués André Villas-Boas, quien asegura que parte del plantel no lo apoya.
Pero la preocupación no tiene que ver solamente con el bajo rendimiento del plantel, sino con el buen momento napolitano. En semifinales de la Copa Italia y en el sexto puesto de la Premier, el club italiano viene en ascenso y lo ratificó con la goleada por 3-0 ante Fiorentina. En ese encuentro, el protagonista fue Edinson Cavani, autor de dos de los tres goles, lo que da un fuerte dolor de cabeza al club azul.
El diario inglés The Guardian analiza al delantero uruguayo en un artículo publicado este lunes (cabe recordar que a Cavani se lo ha vinculado con Chelsea en los últimos meses), en el que lo llena de elogios y lo plantea como un obstáculo fuerte para una defensa débil.
"No sólo tiene a Dios a su lado, sino también a Ezequiel Lavezzi y Marek Hamsik", relata la nota, que lo describe al salteño como "una mezcla de velocidad, habilidad y pelo largo".
"Es exactamente el tipo de delantero que Villas-Boas quiere evitar el martes en el Estadio San Paolo en la noche del viernes. Es confiado, impredecible y ha marcado siete goles en los últimos nueve partidos. Podría causar el mismo tipo de estragos que Zlatan Ibrahimovic le provocó a Arsenal jugando con Milan la semana pasada", se publicó.
En el artículo, se hace hincapié en la fuerte creencia que el futbolista tiene en Dios, recordando declaraciones del uruguayo. "Por eso juego para él, para darle gloria, para agradecerle por darme la habilidad para jugar al fútbol y la capacidad de competir en una liga como la italiana, por darme este regalo divino que estoy tratando de mejorar más y más. Pertenecemos a la Iglesia evangélica. No me gusta el término 'atleta de Cristo'", dijo Edi tiempo atrás.
"Nosotros comemos fútbol, respiramos fútbol, bebemos fútbol. Nací futbolista. Antes de caminar, ya le pegaba a la pelota. En Uruguay hay una cancha cada cien metros, sea de pasto, de piedra o de arena. Esa ha sido mi educación futbolística", había explicado Cavani sobre la concepción futbolística que existe en nuestro país.
Pero además de resaltar a Cavani en su máximo esplendor, el artículo destaca el juego que propone Napoli, en el que todos sirven al uruguayo, y también el trabajo institucional encabezado por el presidente Aurelio De Laurentiis, a quien tildan de divertido, recordando unas declaraciones que hizo a la prensa cuando se rumoreaba que Lavezzi y Hamsik podrían pasar al fútbol inglés.
"Si ellos quieren ir a Inglaterra, al fin y al cabo se irán. Pero es necesario que entiendan que el inglés vive mal, come mal, y las mujeres no se lavan los genitales. Para ellas, el bidet es un misterio", bromeó en aquella ocasión el mandatario.
Curioso es mirar atrás y ver que este exitoso Napoli, actualmente en la elite del fútbol italiano, jugó en la Tercera división hace apenas siete años (en la temporada 2005/2006). En 2007 volvía a la Primera división, y desde ese año Hamsik, Lavezzi y el mismo Mota Gargano están en el club, comprometidos con un profundo proyecto deportivo y laboral. Mañana tendrá un gran desafío ante Chelsea, buscando avanzar la clasificación a los cuartos de final de la copa continental de clubes.