miércoles, 15 de febrero de 2012

La otra cara de sir Alex

 

Criticar a un técnico tan exitoso como Alex Ferguson suena a priori como algo temerario. Ganó todo con Manchester United y hace poco cumplió 25 años en su cargo. Por estos días tomaron relevancia sus dichos en contra de Luis Suárez: “Es una vergüenza y no debería jugar en un club de la historia de Liverpool”.

Estaba molesto por la ya archifamosa decisión de Suárez de no saludar a Evra previo al partido del sábado pasado.

Sin embargo, en otras situaciones similares, Ferguson no reaccionó de la misma forma cuando de sus jugadores se trataba.

El 25 de enero de 1995, un icono del United, el francés Eric Cantona, perdió la cordura totalmente. ¿Qué sucedió? Un hincha del rival, Cristal Palace, lo insultó y el notable jugador saltó hasta la tribuna y le pegó una patada voladora en el pecho. Debió pagar 120 horas de servicios comunitarios (le hubieran correspondido dos semanas de prisión) y nueve meses de suspensión.

Pero no solo debió pagar de esa forma: también debió disculparse públicamente y lo hizo con la ironía que lo caraterizaba: “Pido perdón a todos: a Manchester United, a mis compañeros de equipo, a los fans, a la federación… y también quiero disculparme con la prostituta que compartió mi cama la tarde pasada”. Allí, el club lo suspendió cuatro meses y solo no le pagó el sueldo durante dos semanas.

¿Qué hizo don Ferguson entonces? No abrió la boca. No salió en defensa del hincha y amparó a su jugador todo lo que pudo.

Pero este ejemplo es uno de los tantos de sir Alex Ferguson. Otro hecho desafortunado por el que el inefable escocés no hizo nada, ocurrió en 2001. El capitán de su equipo, el irascible irlandés Roy Keane se había lesionado en un choque con el noruego Alf-Inge Haaland. Debido a ello, estuvo alejado varios meses de las canchas. Cuando volvió a enfrentarlo en el clásico ante Manchester City, no lo dudó. Fue a partirlo como venganza de una lesión en la que su rival no había tenido nada que ver. Y lo partió. Le fracturó en pedazos la rodilla con una tremenda plancha.

Pero Keane se sentía tan omnipotente que en su autobiografía reconoció que había pegado esa patada con premeditación. Lo había pensado bien y le salió bien. Él todavía seguía siendo el capitán del United, por lo que fue suspendido con cinco partidos y unos US$ 230 mil. Eso sí: el noruego no volvió a jugar nunca más. Abandonó el fútbol.

¿Cuál fue la reacción de Fergie ante esta tremenda confesión y las consecuencias sufridas por un adversario? Ninguna.

Además, el técnico no parece ser el rey de la ética. En enero de 2002 en un caso que tocó muy de cerca a los uruguayos, Diego Forlán se subió a un avión desde Ezeiza. Lo había contratado Middlesbrough de la Premier League y Diego estaba feliz. Pero cuando llegaron al aeropuerto londinense de Heathrow, una llamada le cambió el rumbo. “Vení para Manchester que te queremos acá”. ¿Quién estaba del otro lado del teléfono? Obviamente, sir Alex. Así fue como el United se robó –por decirlo de alguna manera– a Forlán.

Claro que la relación fue normal hasta que un día Diego no utilizó los zapatos con tapones intercambiables –como le pedía el DT–, se resbaló con la lluvia y erró un gol imposible ante Chelsea. Ferguson llegó rabioso al vestuario y lo insultó a viva voz. Le sacó los botines con tapones cortos y los tiró varios metros. Ese fue su último partido en Manchester.

Pese a ello, la relación entre ambos sigue siendo buena. Tanto es así que Forlán estuvo en la gala por los 25 años de Ferguson en el United.

Pero hay más. El 20 de setiembre de 2003, Rio Ferdinand, por el cual Manchester United había pago la cifra récord de 33 millones de libras –la mayor cantidad de dinero jamás paga por un futbolista de las Islas Británicas por entonces– se negó a ir a un control antidopaje sorpresivo en el entrenamiento de su equipo.

Sí, se trata del mismo Ferdinand que le negó el saludo al uruguayo –luego de que éste se lo negara previamente a Evra– y que luego del partido dijera a viva voz que “a Suárez le perdí todo el respeto”.

El jugador fue suspendido por ocho meses por la misma Federación Inglesa que suspendió a Suárez con ocho partidos, y se perdió la Eurocopa disputada en Portugal por Inglaterra. Además, la multa económica fue de US$ 90 mil.

Ferguson lo esperó tranquilo y ni bien regresó fue el zaguero titular. Durante esos meses, no expresó ningún juicio. Nada.

La prensa amarilla que abunda en Inglaterra, dio a conocer hace poco que Wayne Rooney, quien se encuentra casado y en ese entonces su esposa estaba embarazada, la engañó con una prostituta. Fue en setiembre de 2010 y casi le cuesta el divorcio. Más allá de que se trataba de la vida privada de uno de sus futbolistas, Sir Alex no tomó ninguna determinación importante.

Algo similar ocurrió cuando en junio del año pasado se supo que Ryan Giggs, el notable galés que jugará ahora su partido 900 con el United, mantuvo una relación sentimental con su cuñada Natasha –casada con su hermano– durante ocho años. Todos en la ciudad de Manchester, en Inglaterra y el mundo, hablaron. Ferguson fue una tumba. Porque aparte, se trata de uno de sus jugadores preferidos con el que acaban de firmar un contrato por una temporada más (tiene 38 años), la que será su número 22 en el club.

Ferguson acaba de ser nombrado por la Federación de Historia y Estadística en el Fútbol (Iffhs) como el mejor entrenador del siglo XXI. Y está perfecto. Pero como cualquier ser humano que habita este planeta, no puede hablar de “vergüenza” con tanta ligereza como lo hizo con Suárez. A veces, hay que mirar un poco para adentro.


Tottenham lo tildó de


En julio de 2008, Ferguson estaba furioso porque se especulaba con que Real Madrid se quería llevar a su estrella de Manchester United, Cristiano Ronaldo. Despotricó todo lo que pudo hablando mal del club español. Sin embargo, su manera de actuar fue diferente con el delantero Dimitar Berbatov de Tottenham a quien él quería. Mientras el búlgaro jugaba en el club londinense, Ferguson habló para llevárselo. Allí fue que Tottenham denunció la “hipocresía y la arrogancia” del entrenador de Manchester United Alex Ferguson. “Los comentarios en público del entrenador de Manchester United sobre la oferta a Berbatov y su confianza en que se alcance un acuerdo, es un claro ejemplo de la arrogancia y la flagrante injerencia con uno de nuestros jugadores”, según un comunicado de prensa del presidente de los Spurs, Daniel Levy. “También es una de las peores irregularidades hasta el momento de la Premier League y que denota una hipocresía increíble cuando se busca en sus recientes comentarios sobre el tema de Cristiano Ronaldo y el Real Madrid”, añadió.

1 comentario:

  1. Patético artículo, no tiene nada que ver Ferguson con los jugadores, dejen de defender a lo indefendible (Suarez)

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