Noticia joya
Después de haber pasado tres meses lejos de las canchas, Abel Hernández volverá a estar a disposición del cuerpo técnico de Palermo, para el choque que tendrá lugar el sábado ante Cagliari. La Joya confesó que vivió "un verdadero calvario" con este desgarro, y que fue peor que la lesión anterior por su momento. Aproximadamente tres meses después de haber dejado la cancha ante Bologna con un desgarro muscular, Abel Hernández volverá a estar a disposición del cuerpo técnico este fin de semana. "Volví a entrenarme con el equipo y ante Cagliari ya estaré a las órdenes. Finalmente vuelvo a estar a las órdenes del entrenador", le contó al diario italiano La Reppublica.
"Fueron tres meses durísimos, un verdadero calvario. Ir a la cancha, ver a todos los compañeros con dificultades y no poder hacer nada es muy difícil. Fueron tres meses largos, pero por suerte tuve cerca a mi familia, que me ha ayudado mucho", contó la Joya, que padeció viviendo una crisis deportiva, permaneciendo cinco fechas en enero sin encontrarse con el triunfo en la liga italiana.
El delantero explicó que en esta ocasión, fue peor haberse lesionado por el momento que le tocaba vivir en su carrera. "Sufrir la misma lesión un año después ha sido una verdadera desgracia. Ahora me dio más bronca porque había empezado bien la temporada, y tenía muchos compromisos con la selección. Todo esto me ha hecho la ausencia aún más dura de soportar", relató. Con la Celeste, se perdió la oportunidad de hacerse un hueco entre los titulares con la lesión de Diego Forlán.
"Francamente no encuentro una explicación, porque antes de aquel partido con Bologna no había tenido ningún problema, ninguna advertencia. Andaba todo bien y la lesión llegó de improviso", recordó el uruguayo.
En su ausencia, Palermo bajó su nivel deportivo, pero eso no ha desconcentrado al plantel, porque "mis compañeros y yo estábamos tranquilos. Siempre estuvimos conscientes de nuestro potencial, y sabemos que un período negro puede pasar, y que ha pasado".
Hernández hizo referencia al cambio de entrenador que hubo en el tiempo en que no estuvo jugando. Cuando se lesionó, dirigía Devis Mangia. En diciembre fue cesado por los malos resultados, y asumió Bortolo Mutti.
"Los dos son buenos entrenadores, pero con características diferentes. Mangia es joven, ha hecho bien su trabajo en un banquillo tan importante como el de Palermo. Mutti, sin embargo, es un técnico de gran experiencia. Está haciendo al equipo jugar bien. Hemos encontrado la confianza en nosotros mismos y los resultados se están dando", analizó.
Finalmente, hablo del partido que le toca disputar a Palermo este fin de semana, ante Cagliari, en el que espera estar en el banco. "Será un partido difícil, pero debemos ganar y encontrar el éxito fuera de casa, que ahora falta", dijo, anhelando "poder repetir lo que hice el año pasado, cuando volví de la lesión. Volví contra el Lecce y encontré el gol. Repetirlo sería bellísimo".
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