miércoles, 25 de abril de 2012

El plan perfecto para Londres 2012


Tabárez empezó a armar el sueño olímpico en el complejo de la AUF


Los tres meses que faltan para el comienzo del torneo de fútbol en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 son una eternidad. Aunque después se pasen volando, proyectarse desde hoy al 26 de julio desde una cancha de fútbol significa plantarse ante un período muy extenso, en el que lo que hoy es real en unos días puede transformarse en ficticio, por esos vaivenes que produce con su exclusiva vorágine.

De todas formas, me tomo la licencia de empezar a delinear con lápiz y en papel el recorrido de Uruguay, precisando momentos y episodios que marcarán el camino de los celestes, a partir de lo que se puede ver en los entrenamientos y de la proyección de diferentes lineamientos que planteó el DT en diferentes momentos ante los medios en el último mes.

El técnico de la selección, Óscar Washington Tabárez, se comienza a sentir cada día más tranquilo porque los jugadores comprenden lo que el técnico quiere desarrollar a partir del 26 de julio en Reino Unido. Sin la confianza que le puede brindar la selección mayor, pero con la convicción de que tras el Mundial de Sudáfrica instauró en el fútbol uruguayo una identidad en la que quieren reflejarse todos los futbolistas.

Por esa razón, después del susto que se llevó hace una semana en el Complejo, cuando los jugadores le generaron una gran preocupación por la ansiedad con la que se movieron en la cancha, como consecuencia de la falta de hábitos de trabajo en conjunto porque apenas llevaban 10 entrenamientos, empezó a descubrir un nuevo escenario. Y el martes lo reconfirmó, en el entrenamiento que el plantel realizó de tarde en el Complejo de la AUF con los 20 jugadores que convocó para el partido de esta noche, los mejores del medio, porque está la base de Nacional, Peñarol y Defensor.
Con los del medio empieza a tomar forma de selección. La concentración de anoche, para el partido de hoy ante Egipto y el viaje en avión a las 9 de la mañana a Paysandú, son las primeras buenas señales. Así se comienza a construir un equipo, aunque el tiempo de trabajo resulte escaso.

De los futbolista del medio, Tabárez brindó algunas señales:
1) Se apoya mucho en el juego de Diego “Torito” Rodríguez, el volante que ya llevó a la selección mayor y que será su “Diego Pérez” del combinado olímpico. El martes, durante el entrenamiento, se acercó varias veces al futbolista de Defensor Sporting para brindarle confianza en todos sus movimientos.
2) Y en tren de comparaciones, el Arévalo Ríos, de la sub 23 parece ser Facundo Píriz, a quien el martes hizo trabajar recostado sobre la última línea.
3) En la defensa le brinda a Alexis Rolín el crédito que el zaguero de se ganó con sus producciones en los albos.
4) Alejandro Silva, el polifuncional de Fénix, que está pasando por un gran momento, y que puede jugar por derecha o izquierda, parece ser el comodín que tiene Tabárez para la selección olímpica. El martes jugó de lateral izquierdo.
5) Tabaré Viudez tiene el crédito del entrenador. El martes fue de punta y hoy será uno de los dos delanteros de Uruguay, aunque su función en los Juegos Olímpicos se asociará más a la de volante por afuera, una especie de Cavani en el Mundial de Sudáfrica.
De los mayores, también dio otras pistas:
1) Quiere un golero que marque una etapa en la selección. Que sea la cara visible de su proceso. Esa es una señal de que Fernando Muslera puede quedarse con el arco olímpico.
2) Que los mayores que lleve serán los que están jugando, los que se destacan y de acuerdo a las carencias que tenga después de confirmar a los 15 sub 23. Si se pasa por el cernidor los futbolistas que reservó, hay uno puesto: Luis Suárez; y otro que tiene todo para quedar en el equipo: Edinson Cavani.
Al respecto solo se me plantea una duda, en este boceto que empiezo a dibujar del camino de Uruguay a Londres 2012. Suárez y Cavani le brindan un poder ofensivo que intimida a cualquiera, pero hay un detalle: si no consigue con los sub 23 la solidez que necesita en defensa y mediocampo, en una de esas tiene que echar mano a Diego Godín o Martín Cáceres, para la zaga o a Diego Pérez o Arévalo Ríos para el mediocampo. Eso lo resolverá en julio.

Y ahora los sub 23 en actividad en el exterior:
1) Sebastián Coates está puesto, aunque no juega en Liverpool. Fue la revelación de la Copa América y en pocos meses más se ganará un lugar en el equipo titular de la mayor.
2) Leandro Cabrera juega todos los fines de semana en Numancia. El lateral izquierdo le brinda variedad, porque va por la banda o por el medio.
3) Gastón Ramírez se destaca con frecuencia en el fútbol italiano y es titular en la mayor.
4) Abel Hernández realiza un trabajo especial para recuperarse tras un año en el que sufrió varias lesiones musculares.
5) Nicolás Lodeiro es jugador de él. Lo llevó al Mundial y le dio la titularidad. Lo llevó a la Copa América y lo puso en los 11. Mucho más en la sub 23, cuando tiene edad y no ocupa ficha mayor.
6) David Texeira es otro de los uruguayos destacados en Europa. Aunque nunca estuvo en la selección, hace méritos en Groningen de Holanda.
Así, empiezo a darle forma a un plantel de 18: en el arco Muslera y un segundo guardameta (Campaña, Rodríguez, Gelpi), seis defensas: Alejandro Silva, Coates, Rolín, Cabrera, Emiliano Albín y Ramón Arias; seis volantes: Píriz, Torito Rodríguez, Ramírez, Viudez, Lodeiro y Maxi Calzada; y cuatro delanteros: Abel Hernández, Texeira, Cavani y Suárez.
Las únicas dudas que me surgen, después de ver jugar a Brahian Aleman es si el de Defensor Sporting no le quita el lugar a Texeira.

Ahora sigo el recorrido a Londres, y le agrego los cuatro suplentes que esperarán una fatalidad para poder jugar, porque de otra forma no pueden ingresar en el plantel de 18: un golero, un defensa o volante, Alemán o Texeira y Diego Forlán. ¿Forlán? Sí, Forlán, porque me imagino al jugador de Inter como abanderado de Uruguay en la ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos. Queda claro que en estos momentos el delantero no se encuentra en un nivel como para integrar el equipo olímpico, en el que Tabárez solo puede seleccionar a tres fichas mayores.

Por la forma en la que trabaja el técnico, y mantiene coherencia en sus decisiones, no permitirá que un futbolista participe de la ceremonia inaugural, porque eso implica entre seis y ocho horas de pie, al día siguiente del debut en los Juegos y dos días antes de su segunda presentación. Es por eso que Forlán, como suplente y sin más responsabilidad que esperar un milagro para jugar y como respaldo anímico, sea la imagen de Uruguay en el desfile.
Además, la designación de Forlán como abanderado significará el reconocimiento al jugador más importante de la historia del fútbol uruguayo. ¿El más importante? Sí, porque por estos días, sin perspectiva histórica, no se valora lo que logró el delantero, pero es el jugador con más presencias y máximo artillero con la celeste, es el que participó en la refundación del fútbol uruguayo, el mejor jugador y goleador en un Mundial, y el protagonista en el cuarto puesto en Sudáfrica 2010 y en la Copa América 2011. Será un premio merecido.

Uruguay llegará a los Juegos con 18 entrenamientos con los jugadores del medio y un mes con el grupo completo en el Complejo, tiempo como para que Tabárez pueda, con mucho trabajo en el pizarrón e intensivos en la cancha, lograr la armonía en el equipo que consiguió con la mayor. Tiene una ventaja a pesar de la falta de trabajo a largo plazo: en la selección, desde la sub 15 a la mayor, todos están consustanciados con su estilo. Creen en su propuesta y confían en su capacidad. El técnico tendrá que hablar sobre la concentración en la Villa Olímpica, donde muchas veces los atletas se distraen en un universos de tentaciones, y recorrer el camino en el grupo A ante Emiratos Árabes, Senegal y Gran Bretaña con firmeza.

Y voy más allá: en la ceremonia de clausura, en la que vuelve a desfilar Uruguay, el abanderado debería ser Suárez, porque ya terminó de competir y hasta puede lucir en el pecho una medalla olímpica.

El plan para Londres 2012 parece perfecto.

Fuente: El Observador.

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